
Y son precisamente estas actividades las que están siendo, y serán más afectadas por el cambio climático.
Por ejemplo, la agricultura representa 35% del Producto Interno Bruto (PIB) de la India, y sostiene a 75% de la población.
Por ello, no es de sorprender que la mayoría de los distritos que son más vulnerables al cambio climático sean a la vez, aquellos con la mayor cantidad de pobreza crónica.
En muchos casos, la adaptación al cambio climático y la promoción del desarrollo pueden actuar como una sinergia que reduce la vulnerabilidad ambiental y social.
Y paradójicamente, las políticas públicas encaminadas al desarrollo pueden tanto incrementar como disminuir la vulnerabilidad hacia el cambio climático.
Inclusive, algunos consideran que entre las principales causas del cambio climático destaca el desarrollo no-sustentable.
Un ejemplo de que el desarrollo y la adaptación pueden ir de la mano, se demuestra con el acceso al mejoramiento en las condiciones de irrigación agrícola y fertilización de las tierras de cultivo.
Por ejemplo, Winchester considera que la mejor forma de reducir la vulnerabilidad de la población del sur de la India contra los ciclones e inundaciones consiste en mejorar la situación socioeconómica, asegurando que sus ingresos provengan de diversas fuentes (no únicamente la agricultura).
Sin embargo, no siempre es posible forjar una relación ganar-ganar entre el desarrollo y el cambio climático. Un claro ejemplo se presenta en algunos países de África, donde por influencia de donantes, gobiernos y organismos internacionales se ha reformado la legislación en torno al agua.
Estas reformas podrían llegar a reducir el acceso de la población más marginada al líquido, enfrentándolos a una situación de mayor vulnerabilidad.
He aquí la importancia de identificar y analizar los conflictos de intereses entre el desarrollo y el cambio climático.
Asimismo, al momento de incrementar la producción de alimentos es importante buscar un balance entre las estrategias de reducción de la pobreza, y la preservación del medio ambiente.
Conway identificó cinco categorías para generar resistencia y capacidad de adaptación ante los cambios climáticos:
1. Diversificar las fuentes de ingreso, sobre todo en zonas rurales.
2. Fortalecer la organización institucional, mediante sistemas de alerta, así como el mejoramiento en las redes de comunicación.
3. Proteger el medio ambiente. En el caso de India se recomendó hacer énfasis en los manglares y la conservación de los recursos hídricos.
4. Impulsar el mejoramiento del campo y la agricultura, apoyando la diversidad de cultivos y desarrollando variables más resistentes a sequías e inundaciones.
5. Preparar a las zonas vulnerables a inundaciones (como el estado de Tabasco en México), mediante modificaciones a la infrestuctura de las ciudades.
La única concusión certera es que el cambio climático constituye un reto para el logro de los Objetivos de Desarrollo el Milenio (ODM), así como para el desarrollo en general.