Por Leticia Gasca. Irónico. Uno de los catalizadores más poderosos en la evolución de la responsabilidad social empresarial se escribe con dos letras: BP.
A lo largo de la última década, BP cultivó la imagen de empresa “verde": incluso dejó de lado el nombre que usó durante casi 60 años, British Petroleum, y promovió la percepción de ser una empresa que mejora el mundo.
Paradójicamente, en abril de 2010 la plataforma Deepwater Horizon, ubicada en el Golfo de México, explotó. El suceso, en el que murieron 11 empleados, se trata del derrame petrolífero más grande en la historia del Golfo.
Ya ha transcurrido más de un año y es posible realizar el recuento de los daños: una catástrofe ambiental difícil de remediar; pérdidas por más de 15 000 millones de euros (lo que constituye un récord para las empresas británicas), la reducción en 40% del valor de la compañía y una reputación seriamente mermada, que será difícil cambiar.
Sin duda, el suceso puso en la mira la importancia que las empresas sean buenas ciudadanas corporativas, que identifiquen y asuman su responsabilidad con el medio ambiente y la sociedad.Por ello, publiqué en la edición de julio de la revista Alto Nivel, “Ciudadanos Corporativos”, un reporte dedicado a la Responsabilidad Social Empresarial, ya que, como lo afirma Tony Hayward, ex presidente ejecutivo de BP, “las grandes empresas se construyen sobre la confianza”.
Así, si quieren entrarle a la polémica de definir qué es y no es la RSE, conocer acerca de su historia, de los retos que implica certificarla, las tendencias futuras y algunas de las prácticas más interesantes que realizan las empresas en México, busquen la revista Alto Nivel de julio o si no están en México den click aquí.
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“Las grandes empresas se construyen sobre la confianza” - Tony Hayward, ex presidente ejecutivo de BP
Cerrar la brecha digital no es garantía de desarrollo
Por Leticia Gasca. Quienes seguimos las acciones de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ya tenemos familiaridad con iniciativas que llevan a zonas marginadas computadoras y conexión a Internet. Sin embargo, por positivo que luzca, esto no es garantía de que la tecnología efectivamente impulse el desarrollo social. ¿Por qué?
La realidad es que en áreas rurales, así como en zonas urbanas de bajos ingresos, la gente no enfrenta únicamente una brecha tecnológica, hay también una brecha de contenidos. Es decir, que gran parte de la información que se encuentra en la red no es relevante para las necesidades reales de la población.
Ya se han documentado experiencias en todo el mundo en las cuales la gran empresa llega a una zona marginada a instalar equipos de cómputo y, a falta de una estrategia integral de RSE, la tecnología se convierte en una opción más de entretenimiento y no en una detonadora del desarrollo.
Sin embargo, hay sus valiosas excepciones. Uno de los proyectos que han acercado con mayor éxito las TICs a poblaciones de bajos ingresos es una empresa social mexicana, la Red de Innovación y Aprendizaje, mejor conocida como RIA.
Esta empresa, ya ha instalado alrededor de 30 centros de cómputo en zonas donde sus habitantes perciben ingresos menores a cuatro mil pesos, por lo que es común que mucha de su clientela prenda por primera vez en su vida una computadora en el centro de RIA.
El modelo del negocio es muy interesante, ya que por un costo muy bajo, la gente puede tomar diversos cursos, por ejemplo, de inglés, administración de negocios, e incluso es posible realizar la preparatoria, licenciatura o maestría en línea.
Otro curso que ofrece RIA, surgió como una respuesta a la alta tasa de desempleo en las zonas donde trabaja. La empresa social ofrece talleres que enseñan cómo hacer un currículum vitae, cómo buscar trabajo por Internet y consejos para lograr entrevistas laborales exitosas.
La mala noticia es que los centros de cómputo de RIA se ubican únicamente en el Estado de México, ya que fue el Gobierno de esa entidad quien aportó la inversión inicial para arrancar el proyecto.
No obstante, en los estados mexicanos de Chiapas, Guerrero y Oaxaca sólo uno de cada diez hogares tiene acceso a una computadora. Seguramente, de contar con el apoyo de inversionistas, empresas como RIA, podrían actuar como detonadores de conectividad en esas Entidades.
Y es que ya nadie puede negar que las TICs tienen un potencial enorme para impulsar el desarrollo, por lo que observarlas únicamente como agentes económicos resulta irresponsable. Afortunadamente, es cada vez más claro que las TICs, bien empleadas, tienen el potencial de lograr que miles de personas se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo y encuentren un empleo digno o terminen sus estudios.
Es por ello que decidí abordar este tema en la sección “Controversia Responsable” que se transmitió el miércoles 12 de junio en del programa Rumbo Responsable (NoticiasMVS-102.5FM, los miércoles de 10:00 a 11:00 pm).
Si les gustaría conocer más de otras prácticas de RSE que no obtienen los resultados esperados o que incluso, generan impactos negativos, prendan su radio el próximo miércoles o escúchennos en el sitio de Internet de MVS.
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