Este post forma parte de Blog Action Day 2009.
Por Leticia Rebeca Gasca. “Esto antes no pasaba, los cambios en el clima no eran tan drásticos. Recuerdo que cuando tú naciste, en el verano de 2003, una la de calor mató a 35,000 personas en Europa. Hoy eso parece tan cotidiano”.
Así le dice un padre su hijo. El padre tiene 77 años y el hijo 47. Es el año 2050 y 30% de las especies animales y vegetales que conocieron durante su infancia ya no existen.
Aún peor, en el planeta ahora viven 9,000 millones de personas, para una sexta parte de ellas el agua es un auténtico lujo, y grandes cantidades del líquido solo pueden ser adquiridas por la nueva gente rica, que curiosamente se integra por quienes crearon las mejores innovaciones para la adaptación al cambio climático o supieron vender mejor las tecnologías sustentables.
Sin embargo, lo que más extrañan los adultos de mayor edad es su antiguo estilo de vida: crecieron con la idea de vivir en el verano y sobrevivir el resto de año, ahora el verano es tan caluroso o tan lluvioso que en muchos países los sistemas de salud y de transporte se colapsan.
En este momento, podría pretender que despiertas a media noche y que todo fue un mal sueño. No lo haré. Lo que narro es una realidad muy probable para el año 2050, sin embargo, no es un escenario tan fatalista comparándolo con lo que puede suceder si como humanidad mantenemos nuestros actuales niveles de consumo y si los gobiernos no se comprometen a hacer más con menos, o simplemente, a hacer algo y hacerlo ya.
Los seres humanos podemos mentir, pero la ciencia no, y ya se ha probado que se debe limitar el aumento de la temperatura del planeta a un punto no mayor de 2 grados centígrados, para así acceder alternativas más o menos decentes que reduzcan el riesgo de un cambio climático desastroso.
Además, es una excelente oportunidad de negocios, la industria verde ya tiene un valor de cerca de 3 trillones de dólares a nivel mundial. ¿Cuál será su valor en el 2050? ¿Por qué no pensar en innovaciones de calidad para la base de la pirámide que será fuertemente afectada?
Y si no hablo hasta ahora de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Copenhague, es porque he notado muy poco optimismo al respecto. Siempre que puedo, pregunto desde a mi mamá hasta a Martti Ahtisaari (ex presidente de Finlandia y Nobel de la Paz) acerca de sus expectativas para Copenhague: nadie muestra entusiasmo.
Incluso, algunas personas me han dicho: “eso no puede ser una prioridad si aún hay quienes mueren de hambre”. Es cierto. El cambio climático es uno de los grandes retos que debemos enfrentar desde hoy, porque de lo contrario serán más en un futuro los y las que morirán debido a la carestía de alimentos.
Hace poco Barack Obama, dijo que si no actuamos ahora seremos “juzgados por la Historia”. Tiene razón, no podemos darnos ese lujo.
Así le dice un padre su hijo. El padre tiene 77 años y el hijo 47. Es el año 2050 y 30% de las especies animales y vegetales que conocieron durante su infancia ya no existen.
Aún peor, en el planeta ahora viven 9,000 millones de personas, para una sexta parte de ellas el agua es un auténtico lujo, y grandes cantidades del líquido solo pueden ser adquiridas por la nueva gente rica, que curiosamente se integra por quienes crearon las mejores innovaciones para la adaptación al cambio climático o supieron vender mejor las tecnologías sustentables.
Sin embargo, lo que más extrañan los adultos de mayor edad es su antiguo estilo de vida: crecieron con la idea de vivir en el verano y sobrevivir el resto de año, ahora el verano es tan caluroso o tan lluvioso que en muchos países los sistemas de salud y de transporte se colapsan.
En este momento, podría pretender que despiertas a media noche y que todo fue un mal sueño. No lo haré. Lo que narro es una realidad muy probable para el año 2050, sin embargo, no es un escenario tan fatalista comparándolo con lo que puede suceder si como humanidad mantenemos nuestros actuales niveles de consumo y si los gobiernos no se comprometen a hacer más con menos, o simplemente, a hacer algo y hacerlo ya.
Los seres humanos podemos mentir, pero la ciencia no, y ya se ha probado que se debe limitar el aumento de la temperatura del planeta a un punto no mayor de 2 grados centígrados, para así acceder alternativas más o menos decentes que reduzcan el riesgo de un cambio climático desastroso.
Además, es una excelente oportunidad de negocios, la industria verde ya tiene un valor de cerca de 3 trillones de dólares a nivel mundial. ¿Cuál será su valor en el 2050? ¿Por qué no pensar en innovaciones de calidad para la base de la pirámide que será fuertemente afectada?
Y si no hablo hasta ahora de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Copenhague, es porque he notado muy poco optimismo al respecto. Siempre que puedo, pregunto desde a mi mamá hasta a Martti Ahtisaari (ex presidente de Finlandia y Nobel de la Paz) acerca de sus expectativas para Copenhague: nadie muestra entusiasmo.
Incluso, algunas personas me han dicho: “eso no puede ser una prioridad si aún hay quienes mueren de hambre”. Es cierto. El cambio climático es uno de los grandes retos que debemos enfrentar desde hoy, porque de lo contrario serán más en un futuro los y las que morirán debido a la carestía de alimentos.
Hace poco Barack Obama, dijo que si no actuamos ahora seremos “juzgados por la Historia”. Tiene razón, no podemos darnos ese lujo.
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