Por Leticia Rebeca Gasca. La Asamblea General de la ONU aprobó ayer el 13 de septiembre, 2007 la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, cuyas negociaciones tomaron dos décadas y protegerá a más de 370 millones de personas en todo el mundo.
El texto fue adoptado con 143 votos a favor, 4 en contra –Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia – y 11 abstenciones.
La Declaración establece parámetros mínimos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, y reconoce derechos individuales, y colectivos relativos a la educación, la salud y el empleo.
La Declaración establece parámetros mínimos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, y reconoce derechos individuales, y colectivos relativos a la educación, la salud y el empleo.
Uno de los puntos más importantes del texto es el referente al reconocimiento y la protección jurídica de sus tierras, territorios y recursos y que no procedan a ningún traslado "sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa".
El texto también hace hincapié en la importancia de la educación bilingüe y alude a la implementación de medidas especiales para asegurar el mejoramiento continuo de las condiciones económicas y sociales de la gente mayor, mujeres y menores, en particular.
La Declaración no es jurídicamente vinculante, pero es una base para la elaboración de políticas y programas a todos los niveles para garantizar que la Declaración se convierta en una realidad.
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